jueves, 13 de julio de 2017

Día #18: Shanghai (iv)

Último día en Shanghai, y por consiguiente, en China. Tenemos el vuelo a la noche, así que aún vamos  a poder disfrutar de otra jornada intensa, llena de sorpresas, ya lo veréis. 
Para hoy hemos dejado lo más característico, ambas orillas del rio : el Bund y Pudong.
El Bund es la zona portuaria, exponente de la época colonial. Aquí es donde se establecieron los ingleses tras la guerra del opio. Dado que los chinos vivían en la cuidad antigua, la zona amurallada que visitamos el otro día, los ingleses se quedaron con esta zona al lado del río que con los años fue ganando protagonismo. Y no solo eso, sino que esta zona estaba vetada a los chinos.
Hoy en día, el malecón o Bund, constituye un auténtico museo al aire libre de los estilos arquitectónicos europeos de finales del siglo XIX y principios del XX. 
Además, desde principios del siglo XXI es lugar de las tiendas más exclusivas y de algunos hoteles y restaurantes de lujo.

Camino del Bund, ya hemos empezado a disfrutar de estos estilos arquitectónicos de los qué os hablamos, con pequeños detalles exteriores e interiores que ornamentan cada edificio...

Hemos empezado el recorrido por la que fue la residencia del cónsul británico en la cuidad...
...a su lado, el puente de hierro Waibaidu, bonito escenario para casi cualquier cosa...
...y unos jardines muy bien trabajados...
Continuamos por el abrasador Bund, sin saber dónde dirigir la mirada, donde poner el objetivo de la cámara, puesto que todo es tan bonito, todo te llama la atención, ambas márgenes del rio, cada esquina, cada saliente de un edificio...
...y es que esto es lo que tiene el art deco, que aún siendo bastante simple, sus detalles lo hacen especial. Es un estilo que siempre nos ha gustado, en sus diferentes versiones, según países y épocas  en el tiempo... que si art noveau, art deco, jugendstil , etc.

Pero no solo nos hemos limitado a verlos desde fuera. Muchos de ellos son ahora hoteles, bancos, centros comerciales, por lo que te permiten entrar hasta un cierto punto y disfrutar de sus maravillosos halls, pasillos, ascensores, puertas, techos, lámparas... vamos, de todo el conjunto... como los del Peace Hotel, una de las joyas del Bund, escenario de algunas películas...
...o la Casa de Aduanas, cuya cúpula, ¿no os recuerda al Big Ben londinense? Pues, deciros además que su reloj suena exactamente igual al que está a las orillas el Támesis.

Más y más edificios se van sucediendo a nuestro paso...

Antes dar por terminado el Bund, decidimos que es mejor comer algo antes de pasar al otro lado del rio Huangpu. Así que optamos por adentrarnos unas calles, para evitar los locales de ostentoso lujo y precios altos de esta zona. No nos es muy difícil encontrar algo que nos atraiga para comer, porque la cola que hay en este local invita a entrar. Todo chinos, de todas las edades, y todos comiendo lo mismo, raciones de unos dumplings que tienen muy buena pinta... la decisión ha sido fácil y el resultado exquisito! Que buenos que estaban, por Dios! Cero grasa, todo jugo y relleno en su interior, con ese toque tostado en la base exterior...

Con el estómago lleno se ve la vida de otra forma, verdad... y que me decís si además aprovechamos que pasamos delante del Waldorf Astoria, y entramos para refrescarnos... y también disfrutar de sus bellos salones...

Algunos símbolos más del pasado colonial con los que terminamos la visita al Bund...

Ahora toca pasar al otro lado. Hay varias opciones, aunque si eres peatón o ciclista, la cosa se reduce un poco, porque lo que de verdad abundan no son los puentes, que no los hay, sino los túneles, restringidos a estos dos colectivos. Así que, como no nos apetece hacer el primo y coger un tren luminoso súper turístico, que no nos va a aportar nada, nos acercamos al muelle y esperamos al ferry , que por 2 yuanes nos ha de llevar a la otra orilla. Además, el día está siendo espléndido, muy caluroso y húmedo, pero con mucho sol. El corto trayecto nos regala más y más panoramas de ambas márgenes...

Estamos en Pudong, que digamos es algo así como el distrito financiero de Shanghai. Y pensar que en los años 90 aquí no había más que campas! Es impresionante el desarrollo y la transformación que ha sufrido esta zona de la cuidad. Por supuesto que lo que más destacan son estos rascacielos que dibujan un impresionante skyline... por lo que nuestro objetivo era acercarnos a su base, y tener otras perspectivas diferentes.
El primero es el más alto, la Shanghai Tower, el segundo edificio más alto del mundo tras el Burj Khalifa que ya tuvimos la suerte de ver en Dubái. Sus 630 metros inaugurados en 2016 son toda una referencia para la ciudad. Y qué decir de su diseño, con esas formas retorcidas, que le permiten aprovechar todo el viento y el agua para hacerlo uno de los más sostenibles del mundo. Impresionante. En los alrededores se ven todavía muchos locales vacíos, aún por explotar, pero suponemos que será cuestión de tiempo.

A su lado se erige la Jim Mao Tower, 420 metros de altura y 88 plantas, con un diseño que se asemeja a una pagoda , pero de acero. 

Por último, y completando este trío de rascacielos tan juntitos (hecho destacable a nivel mundial), el World Finantial Center, conocido coloquialmente como el abrebotellas, por esa abertura que tiene en su cima, con sus 474 metros desde el suelo.

Alrededor, un gran número de edificios de considerable altura y bonito diseño, que lamentablemente se quedan a la sombra de estos gigantes, pero que en ciudades como..... Bilbao, le harían un feo a torres emblemáticas de grandes empresas :)

Nos encaminamos hacia el edificio seguramente más emblemático, por haber sido el primero en establecerse aquí. Pero antes, hay que ir reponiendo fuerzas y cogiendo algo de fresquito, entrando en algunos de los numerosos centros comerciales que hay por la zona... todo lujo y diseño...
Por fin alcanzamos la Pearl Tower o torre de la perla o de la TV. Sujetada por tres enormes patas, y 468 metros, tiene un diseño muy chulo con tres bolas de diferentes tamaños, y un color rosado característico...
Comentar que no hemos querido subir a ninguno de sus observatorios en las alturas, aunque es una posibilidad que mucha gente que se acerca aprovecha a hacer.

El día iba tocando a su fin, pero aún nos regalaba momentos como estos, paseando por la ribera...

Ya de vuelta en el Bund, más panorámicas de día...
...y de noche...

...que sirven de despedida de esta ciudad y, desgraciadamente, de nuestra aventura por tierras chinas. Hemos disfrutado un montón. Se nota, verdad?

Ya no seguiremos informando 😭 (aunque sí que haremos un resumen con datos prácticos en los próximos días, prometido)